Felipe Pigna: “Cuando se ignora la infancia y la vejez es porque no preocupa el futuro”

Lo dice el conocido historiador en diálogo con Comunidad PAMI. Y cuenta que proyecta un libro sobre un personaje con el que casi no se hizo justicia.

Por suerte me encargo de la historia”, sonríe Felipe Pigna, divulgador del pasado argentino y de sus personajes, al hablar del placer que le causa su profesión. Además de ser uno de los pioneros en incursionar en el formato audiovisual para contar a la Argentina, escribió y escribe libros. Sus miradas apuntaron a hechos (Los mitos fue un boom de ventas), a protagonistas (San Martín, Belgrano y más) y a personajes que van más allá de la historia que se enseña en los colegios (Carlos Gardel, por ejemplo). “Es un momento difícil, de mucha violencia, de odio a través de los medios. Eso es lamentable”, desliza en diálogo con Comunidad PAMI; y después: “Creo que es algo que no vivíamos hace mucho en democracia en cuanto a irracionalidad y ausencia de debate, me parece. Hay ausencia de discusión, de lograr consensos mínimos”.

 

 

-¿Argentina es una isla a nivel mundial?

-Creo más bien que lo que pasa se enmarca en el retroceso como fenómeno mundial, donde el neoliberalismo está muy cercano a la derecha y contrario a las minorías. Hay un crecimiento en el discurso de las derechas, que no son modernas y terminan suscribiendo a cosas vinculadas al pensamiento de gente como (Donald) Trump, las derechas europeas, la derecha austríaca. Acá siempre existió la derecha, aunque no se la llamaba así.

-¿Hay conciencia sobre lo que pasa?

-Es un momento que está siendo muy analizado. Hay literatura muy interesante de semiólogos, filósofos, gente que escribe sobre este momento complicado a nivel mundial, con egoísmo, individualismo. Distinto incluso a los años 90, cuando ese individualismo era más hedonista. Hoy el mensaje parece ser “ojo con el otro”, “el otro es un peligro”.

-¿Se involucionó?

-Si, hay despreocupación por la vejez, por la infancia, por el pasado y por el futuro. Cuando las sociedades ignoran a sus infancias y a su vejez es porque no les preocupa el futuro. Pensar sólo en el presente lleva a eludir debates proyectuales. Hoy un sector de la sociedad no habla de propuestas, habla del odio, de carpetazos, de cuestiones vinculadas a conductas morales. Hay una doble moral.

-Abunda el odio.

-Hay permanentemente discursos de odio. Pero no es sólo de ahora. En su momento fue proscripto el radicalismo, el peronismo después. Y llegó la dictadura. Hay discursos de odio, de destrucción, como prohibir nombrar a Evita o Perón. Otro ejemplo: en el 55 hasta fue arrasada la Ciudad infantil. Más información en este video. Hubo quema de juguetes y de sábanas de la Fundación. El odio tiene una larga tradición en Argentina. Hay un sector que no necesita convocar a sus electores desde la salud o la educación, sino más bien con otros intereses. Diría (Jorge Luis) Borges, “no nos une el amor sino el espanto”.

-¿Te sorprende?

-No, porque miro a Brasil, donde la cosa es peor que acá: tienen a Bolsonaro. No me asombra, porque leo el contexto a nivel mundial. 

-Muchas veces se dijo que íbamos a salir mejores de la pandemia por Covid 19. ¿Cómo viviste eso?

-Nunca pensé que íbamos a salir mejores de la pandemia. Ni cerca. Incluso se vieron cosas espantosas, como los repudios a médicos, los escraches. Los aplausos a quienes cuidaban nuestra salud duraron 5 o 6 días. Me hubiese encantado que siga ese reconocimiento. Pero, por el contrario, se produjo un incremento del individualismo, del egoísmo. Quema de barbijos, repudio a la cuarentena, ¡una irracionalidad muy fuerte! Son cosas que pasaron siempre… aunque algunos se aprovechan de eso.

-¿Qué pensás del trato a las personas mayores en nuestra sociedad actual?

-Durante el peronismo los viejos fueron muy bien tratados. La declaración de los Derechos de la Ancianidad es un ejemplo, cuando los asilos se convirtieron en hogares en los que la gente hacía tareas. Eso luego entró en crisis con la Libertadora y costó recuperar ese concepto de honrar a los ancianos, que eran la sabiduría, el consejo, el lugar en la cabecera de la mesa que ocupaba el abuelo y hoy lo ocupa el televisor. Hay una sociedad muy enloquecida, muy del vértigo, muy de no querer ver lo que pasa.

-¿Algún proyecto, Felipe?

-Estoy escribiendo un libro sobre (Martín Miguel de) Güemes, que va a salir el año que viene. Trabajo intensamente en eso. 

-¿Por qué Güemes?

-Porque es un personaje maravilloso y muy olvidado. Hacía rato que estaba con el proyecto. Lo elijo porque me parece muy importante que los argentinos lo conozcamos.