¡FELIZ DÍA DE LAS JUBILADAS Y LOS JUBILADOS!

Este domingo se celebra un día especial en un marco social inesperado pero, a la vez, que puede verse como una oportunidad para aprender. Distintas voces analizan cómo hacen para mantener los vínculos entre las personas mayores.

El de este 20 de septiembre no será un Día del jubilado más por efecto de la pandemia. Las personas mayores, se sabe, son quienes más deben cuidarse y cuidarse significa posponer actividades habituales, muchas de ellas en centros de jubilados. PAMI cuenta con una red territorial de 4.200 centros distribuidos en el país con los que colabora de distintas maneras. “Lugares de participación, para pensar en una vejez activa, participativa”, define el gerente de Control de Gestión Social de PAMI, Leo Aquino.

Un relevamiento de Comunidad PAMI con referentes de centros de jubilados indica que más allá del cese de actividades y el distanciamiento físico, durante la cuarentena se logró mantener el vínculo a través de las redes sociales. Muchos de los afiliados y afiliadas aprendieron a utilizarlas. La profesora del taller de literatura de PAMI Paola Rompato, por ejemplo, consolidó las actividades a través de videos que pueden verse en YouTube y rearmó grupos por WhatsApp. El resultado fue la continuidad de los talleres a pesar de los obstáculos.

“Es un desafío tener 4.200 centros de jubilados que forman parte de lo que consideramos la red territorial más grande de Argentina y, me animo a decir, de América Latina. Fijate que son casi dos centros de jubilados por cada municipio”, describe Aquino para remarcar la importancia de estos lugares que abarcan no sólo a afiliados a PAMI sino también a otras personas mayores que buscan un espacio de encuentro.

El gerente de Control de Gestión Social de PAMI también hace hincapié en la utilización de las nuevas tecnologías para afianzar las relaciones con los afiliados. Es que el aprendizaje de las opciones de internet permitieron continuar con los talleres de, entre otros, memoria, gimnasia, reiki, podología, yoga, gimnasia rítmica, gimnasia adaptada, teatro, ritmos latinos y el ya mencionado de literatura.

“Estamos preocupados pero seguimos trabajando para mantener los talleres de manera virtual”, señala Stella Globa, de la ciudad bonaerense de Pehuajó y presidente del Centro de Jubilados y Pensionados de Pehuajó, que tiene 1.200 asociados. Una cantidad importante si se tiene en cuenta el total de 40 mil habitantes. “En pueblos chicos como el nuestro la solidaridad se nota muchísimo”, agrega respecto de la participación de la comunidad que le pregunta en qué se puede ayudar mientras el centro permanece cerrado. “Como trabajamos en contacto estrecho con PAMI podemos seguir brindando los servicios habituales y además atender a quienes no son socios”.

La titular del Centro Solidaridad y Amistad de Laboulaye, Córdoba, Cristina Carranza, dice que “extraña” el local en el que suelen reunirse las personas mayores. Son aproximadamente 700 socios. “Hace seis meses que no salgo”, describe. “Tené en cuenta -explica- que los centros de jubilados permiten hacer amigos, aprender, participar. Para muchos es la única forma de sociabilizar”.

José Shmarsow, presidente del Centro de Jubilados y Pensionados Nace Una Estrella, de Godoy Cruz, Mendoza, le dijo a Comunidad PAMI que “la virtualidad” se convirtió en la mejor manera de mantener el vínculo con los casi 450 socios activos. Y al igual que en el caso anterior, remarcó el apoyo social: “Contamos con ayuda de los vecinos”. “Estamos bien, aunque con la tristeza de no poder hacer más que resguardarnos por la pandemia. Sabemos que somos de alto riesgo”.

“Pudimos trabajar en redes, en la adecuación de talleres de manera virtual. Entendemos que los centros de jubilados subsisten por su cuota societaria, por lo que este año lanzamos el subsidio solidario de sostenimiento, que llega a los 4200 centros para que puedan pagar sus servicios. A eso agregamos los distintos convenios con el ENRE, con el ENARGAS y la tarifa social. Significa un ahorro de entre el 20 y el 30 % mensual, un subsidio indirecto para que disfruten de su espacio y no estén pensando en apagar la luz o la estufa para no gastar”, enumera Aquino.

 “Nunca imaginamos que la pandemia sería tan larga, tan estresante”, suelta Stella Groba, quien a sus 70 años dedica casi todo el día a las actividades del centro que preside. Cuenta que la llaman permanentemente y eso la alegra: “La gente nos tiene en cuenta, nos quiere y nos necesita. Logramos que el centro sea un lugar para todos”. Ex trabajadora social, entiende su función. Por eso fomentó, junto con su equipo de trabajo, reuniones virtuales con referentes de entidades para que los asociados sepan cómo manejarse. El titular de un banco, alguien de ANSES e incluso de PAMI se prestaron a explicar cómo hacer trámites on line desde sus casas.

 “Vos ni te imaginás lo que era esto en tiempos normales”, invita a pensar José Shmarsow desde Mendoza. “Al menos 120 personas se reunían en las calles para participar de los encuentros que hacíamos. Ahora ni la cancha de tejo podemos usar. Tenemos una cancha de tejo hermosa, que se llenaba todas las tardes. Agradezco que dentro de este panorama estemos bien. Que gracias a Dios estamos bien de ánimo. Con esperanza”.

 Centro de Jubilados y Pensionados Nace Una Estrella, de Godoy Cruz, Mendoza. (Imagen de archivo previo a la pandemia del coronavirus).

 

Centro de Jubilados y Pensionados Nace Una Estrella, de Godoy Cruz, Mendoza. (Imagen de archivo previo a la pandemia del coronavirus).