UN DOCUMENTAL INVITA A REFLEXIONAR SOBRE LA VEJEZ
La película dura media hora y se basa en preguntas y respuestas a personas de entre 20 y 55 años. Esta semana pegó el gran salto al incorporarse a la plataforma Cine.Ar y es una buena oportunidad para pensar en torno a qué significa ser mayor.
Ya está disponible en la plataforma Cine.Ar el documental “Vejeces”. Son 30 minutos en los que entrevistados de 20 a 55 años responden sobre esta etapa de la vida. El equipo de trabajo está encabezado por el psicogerontólogo Alejandro Burlando Páez y la cineasta Lucía Paz, quienes realizaron una lograda tarea a partir de preguntas que salen de lo común y respuestas que invitan a la reflexión.
Aunque “Vejeces” estuvo listo en marzo del año pasado y se expuso en diferentes ámbitos que permitían el debate, fue en medio de cuarentena por Covid-19 que pegó el gran salto. De eso y otras cuestiones dialogaron Burlando Páez y Lucía Paz con Comunidad PAMI.
¿Cómo hicieron la elección de los entrevistados? ¿En base a qué?
Alejandro Burlando Páez: Lo primero que hay que comentar es que queríamos hacer un documental hablando sobre la vejez con entrevistas a personas de entre 20 y 55 años, aproximadamente. En función de eso hicimos una convocatoria a través de redes sociales especificando esa franja etárea. Hubo muchas respuestas. Gente que de movida dijo que sí, que le interesaba. Lo único que aclaramos es que la temática tenía que ver con la vejez. No queríamos adelantar nada para generar un efecto sorpresa en las preguntas y que los entrevistados pudiesen ser lo más espontáneos posible en sus repuestas. Una vez conformado el listado, y en función de ciertas características, hicimos la convocatoria definitiva.
Hay preguntas que llama la atención porque no suelen hacerse, como la referida al prejuicio de “olor a viejo”…
Alejandro Burlando Páez: Muchas de las preguntas, tal vez casi todas, buscan generar cierta incomodidad y llevar al entrevistado a abrir ciertas temáticas de las que habitualmente no se habla ni se preguntan. Lo interesante era generar un efecto en los entrevistados y también en el espectador.
¿Notaron alguna coincidencia en los gestos de las personas entrevistadas?
Lucía Paz: Me parece que la incomodidad, que no es un gesto en sí pero trae
otros gestos. Por ejemplo, con el tema del olor se descolocó un poco a los entrevistados. Porque esa pregunta requiere integrar al cuerpo para responderla. Entonces el “…mmmm”, el no saber hacia dónde disparar, me parece que fue la mayor coincidencia. Hubo algunes que tuvieron en claro que no hay gestos de la vejez sino que los gestos pertenecen a las personas. Por momentos hubo otra coincidencia en los gestos al pensar en los abueles desde la imagen de los abuelos o abuelas de los entrevistados.
¿Cuál es la importancia que los entrevistados dan al aspecto físico?
Lucía Paz: El mayor tema de coincidencia tenía que ver con la disponibilidad del cuerpo para poder hacer todo lo que uno se proponga a futuro. Y por ahí se percibió una cierta preocupación en relación a la imposibilidad física de poder estar activo. En relación a lo que es la belleza, por suerte nos hemos encontrado con varias miradas que se alejan de una preocupación por responder a una belleza estereotipada o categorizada ante determinados cánones. De hecho, apareció mucho esta cuestión de las canas, de las arrugas. Algo así como interpretarlo como las huellas de la vida que atravesamos. Entender la belleza como un proceso de transformación continua. Nos encontramos con bastante amplitud. También estaba la tensión con lo que se considera bello, como la juventud o determinadas cuestiones. El foco estuvo más bien puesto en un cuerpo vivo, activo, disponible para disfrutar la vida.
¿Con qué ideas sobre la vejez partieron cuando empezaron el trabajo y con cuál o cuáles lo concluyeron?
Lucía Paz: Cuando empezamos la vejez era un tema en el que no me había puesto a pensar. Por lo tanto, respondía a ciertas categorías de lo que consideraba la vejez. También la pensaba enmarcada en determinada edad, como que la vejez empieza cuando une se jubila. Sentía que la vejez era mi abuela y que todes los viejes eran iguales. Ale, por su su trabajo previo en el campo de la gerontología, tenía el tema más deconstruido. Después de este proceso del documental se me abrió un mundo de posibilidades. Fue hermoso escuchar las respuestas de cada entrevistado, porque eran muy distintas. Y también lo que sucede con el público, porque se multiplican los puntos de vista. Entonces siento que la vejez, como la vida misma, es una posibilidad abierta para que cada une construya algo. Creo que estamos en un momento en el que de a poco nos quitamos etiquetas o compartimentos estancos según los cuales la adolescencia es tal cosa, la vejez es tal otra, y así. No sé si es necesario hablar de una edad determinada. No es necesario delimitar según edades, porque después actuamos eso que definimos de determinada manera y no hay posibilidades de pensar algo nuevo. Creo que hay pensar la vejez como una posibilidad subjetiva abierta.
En el documental pareciera que los jóvenes le tienen más miedo a la soledad que las personas mayores. ¿Coinciden?
Lucía Paz: Es una buena observación. Creo que sí, que los jóvenes le tenemos más miedo a la soledad en la vejez que a ser viejes. Pero ese miedo a la soledad es en un contexto de tener dificultades físicas o mentales que hagan que une necesite asistencia y no tenerla. Ahí me pregunto si esa soledad es hacia otras personas, familiares, amigues, o si tiene que ver con una contención estatal, con un cuidado de poder contar con los recursos necesarios para estar bien. Me parece que por ahí tiene más que ver con eso. Porque también lo otro es subjetivo. Volvemos a lo mismo: algunes entrevistades plantean que quieren envejecer en una comunidad con amigues; otro plantea que quiere envejecer solo en las sierras cordobesas. Creo que la compañía varía y depende de cómo cada persona vive en el transcurso de su vida. Me parece que lo otro es un tema que da para empezar a hablar y modificar las formas en que cuidamos a nuestros viejes en la actualidad.
¿Qué les significa que el documental tenga masividad en tiempos de pandemia, con las personas mayores en el centro de la escena?
Alejandro Burlando Páez: Se estrena de forma masiva en tiempos de pandemia. Pero lo venimos proyectando desde noviembre de 2019 en espacios como la AMIA, en la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires. Espacios en los que luego de su proyección se generaba un debate que resultaba muy rico por el efecto que generaba. Por eso digo que el documental es un material vivo. Si bien el documental es el mismo, los efectos y miradas y pensamientos que va generando son dinámicos, cambiantes. Siempre nuevos, en algún punto.
Me parece que la pandemia puso de manifiesto a las personas mayores. Hizo visibles algunas cuestiones del envejecimiento y la vejez y los prejuicios con que se piensa al adulto mayor. Prejuicios que, más o menos, todos tenemos. Tal vez quienes trabajamos en el campo gerontológico tenemos la posibilidad de reflexionar acerca de ciertas cosas, pero también tenemos prejuicios porque vivimos en esta sociedad.
Entonces hablar de la vejez en estos momentos es una oportunidad…
En un punto es una oportunidad de que se hagan visibles cuestiones de las personas mayores, del envejecimiento, de la vejez. Por otro lado, hay mucho por trabajar y deconstruir de esos prejuicios. Mucho por pensar de las políticas públicas y del abordaje de la vejez desde distintos espacios.
Hay que pensar en la necesidad de la atención integral del adulto mayor. Ahora, la pandemia sin duda fue un marco en el que el documental empezó a girar primero en las redes, en un canal de YouTube que abrimos ante la imposibilidad de proyectarlo en algunos espacios. Había que democratizarlo. Coincidentemente con esta apertura surge la posibilidad de subirlo a la plataforma Cine.Ar, que es un empujón enorme, una vidriera muy grande. Ahí es donde pudimos concretar la idea de que la cosa circule, que sea vista, que genere efectos en los demás y que nos abra la pregunta de la propia vejez, por los escenarios inéditos que la pandemia nos ofrece descarnadamente. Dejamos de ser espectadores y pasamos a ser protagonistas de esta situación. Estos escenarios inéditos hacen que necesariamente tengamos que revisar y pensar escenarios futuros, como qué lugar va a tener la vejez.