Alejandro Fabbri: “El fútbol y la política siempre fueron de la mano”

En diálogo con Comunidad PAMI, el periodista -uno de los referentes de la web Relatores– se refirió a varios temas, más allá de la pelota.

Uno de mis placeres es ir a la cancha a ver a Platense con mi nieto”, le dice Alejandro Fabbri a Comunidad PAMI. Fabbri, de larga trayectoria en el periodismo gráfico, radial y televisivo, además de autor de varios libros, es hincha del Calamar por herencia. Primero su abuelo, después su padre. Pero a la vez se muestra involucrado con las causas sociales. Es de aquellos que aprovechan las redes para contar datos oscuros del fútbol nuestro de cada día o dar una opinión política. Cuando era un tema desconocido, difundió la desaparición de Luciano Arruga, un adolescente del que no se supo nada tras ser detenido por la Policía bonaerense. Unos años después apareció su cuerpo como NN. 

Hoy es una de las caras más conocidas de Relatores, la web futbolera liderada por Víctor Hugo Morales. “Una cooperativa”, la define. Además, trabaja en la 750, en T&C Sports y tiene una web propia: alejandrofabbri.com.ar. Su libro Historias secretas de los mundiales fue reeditado en septiembre pasado. Es uno más entre tantos títulos suyos. Maneja estadísticas del fútbol argentino como pocos. Hoy, tiene 66 años.

-¿Cuántos nietos tenés?

-Tres. Una de 10 meses, de parte de mi hija, ¡por fin! Y mi hijo tiene a Lisandro, de 12, con el que vamos a la cancha a ver a Platense. Después tengo un tercero por parte de Marisa, mi pareja, cuyo hijo vive en Málaga. 

-¿Así que Lisandro es tu compañero de cancha?

-Así es. La pasamos bien cuando vamos, más allá de sufrir el partido y a veces los resultados. Pero en ese ir a la cancha hay cosas más lindas, como el regreso. Con Lisandro, en el auto, siempre le ponemos puntaje a los jugadores y justificamos el por qué. Eso lo hacía con mi papá.

-¿Por qué te hiciste de Platense?

-Mis bisabuelos, mis abuelos y mi viejo eran de Núñez, Saavedra. Mi papá nació a cuatro cuadras de la vieja cancha, en Manuela Pedraza y Cramer. Cuando yo tenía 6 años me llevó a la cancha. Mi viejo era de escribir sobre Platense, era un periodista partidario, además de escribir poemas, y hasta libros. Mi abuelo materno era de Vélez. Pero me hice de Platense. Ya a los 13 o 14 iba solo a la cancha. Vivía en Caballito y con mis amigos del barrio nos repartíamos entre Ferro y Platense. 

-Después llegó el periodismo. Años 70, ¿no?

-Así es. Desde el 76, la dictadura. A portarse mejor. Recuerdo la represión de los 70 en la cancha. De hecho, cubrí el recordado partido en el 81 en el que detuvieron en Mataderos a los hinchas de Chicago por cantar la marcha peronista. Ese año seguía a Chicago por trabajo. Andaba bien. Aquello de Chicago fue un papelón: al partido siguiente la hinchada cantó el Arroz con leche.

EL FÚTBOL DE HOY

-¿Irías a la cancha si no fuera por tu nieto?

-No. No soy del grupo de gente que te puede decir que iría a ver a River porque juega bien. Yo voy a ver a mi equipo y nada más. Me aburren muchos de los partidos de hoy en día. Me tocó transmitir cada bodrio… A lo sumo veo partes de un partido, pero no más que eso. Transmito para la 750 pero la verdad es que hoy el fútbol argentino no me estimula en ningún sentido. Mirá la final Boca-Patronato: el equipo más poderoso de la Argentina contra un equipo al que le sacaron la posibilidad de jugar en los Emiratos Árabes para poner a otro que generaba más plata (por Racing). Lo peor que te puede pasar es ver la liga inglesa y después ver el torneo local. El campeonato argentino es una suma de veteranos, juveniles aún no formados y jugadores que todavía no se fueron a jugar al extranjero.

-¿Extrañás el fútbol de otros tiempos?

-Claro. En las décadas del 60, en los 70, todos los equipos de Primera tenían jugadores de primer nivel. Después eso se fue deteriorando en la medida en que se fueron al extranjero los mejores jugadores. Y ahora los súper cracks se están acabando. El fútbol se concentra en Europa, no hay gambeta: se prefiere darle la pelota al arquero a cada rato, que aburre muchísimo. En Argentina el fervor de la gente supera largamente lo que ofrecen los equipos. 

-¿Te provoca algo el hecho de que los equipos grandes o de dirigentes de peso sean favorecidos por los arbitrajes?

-Eso pasó muchísimas veces. La responsabilidad es del árbitro o del VAR que ignora o hace sancionar. Porque los que manejan el VAR son los mismos árbitros sospechados o mediocres o malos o temerosos del poder. Pero en los 40 pasaba lo mismo: la vergüenza de los arbitrajes fue tal que expulsaron a los árbitros por corruptos y vinieron ingleses, escoces, irlandeses, y se pusieron los números en las camisetas para que los conozcan. Nada de esto que nos pasa es nuevo.

-¿Cuánto tiene que ver el periodismo deportivo?

-En general el periodismo deportivo es lo mismo. Hay muchos colegas que salieron del deporte y hoy están en política. Algunos laburan de periodistas militantes, sobre todo para la oposición. Pero en el periodismo deportivo hubo un cambio de paradigma del trabajo. Hoy la tele se dedica a cubrir los partidos y a hablar de Boca y River. Uno les explicá que la Argentina no es de Boca y River, pero lo siguen haciendo así. Como pasó en España, que hoy los campeones son Real Madrid y Barcelona; tal vez Atlético de Madrid. Pero nada más.

-Solés comprometerte con temas políticos. ¿Cómo ves este año?

-Espero que bajen la inflación. Es lo básico. No va a cambiar la tendencia argentina: hubo pandemia, se está pagando el préstamo de Macri con el FMI y además hubo una guerra. Pero el Gobierno hizo poco. Lo de la inflación es muy importante, sobre todo para los que no pueden encontrar o lograr un aumento salarial. Si hay cierta unidad en el Gobierno, que no veo, puede darse una elección más peleada. Si no, estaremos ante más de lo mismo. Macri fue una expresión muy dura de un sector al que no le importa la gente en general y que juega para el extranjero. Son los mismos actores que en otra época hubiesen defendido el golpe militar. En ese sentido, separo al radicalismo. De todos modos, estoy más cerca de este Gobierno que cualquiera que venga de la oposición. La Argentina nunca dejó de ser un país conservador, con mucha influencia de la iglesia católica y de los dueños del poder. Como cualquier otro país de origen latino. Y la izquierda argentina nunca tuvo un buen papel. Somos esto.