“AHORA SÉ QUE TENGO MÁS POSIBILIDADES DE ABRAZAR A MI NIETO RECIÉN NACIDO”

La vacuna contra el nuevo coronavirus significa muchísimo para los afiliados y las afiliadas a PAMI. La historia de Mirta Scarani es una muestra. Simón nació a fines de diciembre y todavía no pudo encontrarse con su abuela cara a cara. Pero el 8 de febrero la mujer de 72 años pudo recibir la primera dosis en la residencia donde vive y la esperanza está en marcha. 

Mirta Scarani lloró de emoción el 26 de diciembre cuando a través de un vidrio pudo conocer a Simón, su nieto nacido el 12 de mayo del año pasado. “Lo ví pero nunca lo pude abrazar”, le cuenta a Comunidad PAMI. Marina, su hija, con la voz quebrada, dice que nunca olvidará la cara de esa abuela, con los ojos llenos de lágrimas. 

Pero las cosas van a empezar a cambiar para Mirta de 72 años, tres hijos y dos nietos a los que extraña a más no poder. El 8 de febrero, fue la primera afiliada a PAMI en ser vacunada en la Residencia Convivencia, de Caseros, Partido de 3 de febrero, donde vive. “Ahora sé que tengo más posibilidades de abrazar a mi nieto”, se esperanza. 

En la residencia, la comunicación entre los familiares no se detuvo nunca. Las videollamadas son unas de las herramientas que tienen Mirta y sus compañeras y compañeros para charlar con los familiares. 

Es que el psicólogo y coordinador de tratamientos familiares, Daniel Teper, dispuso un trabajo de prevención y contención a través de su equipo psicosocial ante el avance del Covid 19 y la cuarentena. Consiste en enviar, whatsApp mediante, fotos y textos a los familiares para que tengan información constante sobre la situación. Y agrega: “Implementamos un sistema de visitas visuales con turno. Así, muchas familias pudieron, aunque vidrio por medio, ver a sus seres queridos . Eso significó encuentros realmente muy emotivos a pesar de las restricciones”. Y cita el caso de Mirta.

A pesar de los cambios por Covid y la ausencia del contacto físico con familiares, Mirta dice que las condiciones implementadas le permitieron estar bien. “Mejor de lo que pensaba en un principio”. Incluso su hija destaca “el esfuerzo de los trabajadores de la residencia, que se pusieron la situación al hombro estando en el frente de batalla”.

En Convivencia son 186 residentes sectorizados y con protocolo. Cada sector tiene su comedor. 60 empleados se dividen el trabajo continuo de atención. Entre ellos, la encargada general Silvana Rodríguez, quien utiliza su teléfono celular para establecer la videollamada entre Comunidad PAMI y Mirta. Puro amor. “Sin ellas esto no sería posible. Son amorosas”, dice Mirta.

Vacunada, la esperanza de Mirta es salir alguna tarde de la residencia para ver a su nieto y compartir algunas horas con sus hijos. A Marina Paula, de 43 años, se le suman Elvio Hernán, de 35, y Eliana Alejandra, de 40. La otra nieta es María Luz. Para eso deberá aplicarse la segunda dosis de la vacuna. “Por ahora -dice- la sobrellevamos bien. Pudimos pasar la situación sin mayores inconvenientes. Superamos la incertidumbre del principio y trabajamos mucho para organizarnos”.