“LA VACUNA ES ESPERANZA PURA”

María Soledad Becerra Alba fue una de las primeras afiliadas de PAMI en inmunizarse contra el Covid 19 en una residencia del sur del conurbano bonaerense, donde vive. Tiene 73 años y ahora espera la segunda dosis para poder salir a abrazar a sus hijas. “Ellas significan todo para mí”, dice a Comunidad PAMI. 

Cuando a Marisol le aplicaron la vacuna Sputnik en el Hogar Elías Romero, en Lomas de Zamora, al sur del conurbano, lo primero que le salió fue una sonrisa. Lo segundo, una ruidosa expresión de alegría. “Esto es esperanza pura”, gritó. “Estaba muy emocionada y hacía un poco de frío ese día”, recuerda ahora durante la entrevista con Comunidad PAMI.

La esperanza para ella es que cuando le apliquen la segunda dosis pueda, al fin, abrazar a sus hijas. “Es lo que más deseo. Desde hace casi un año quiero abrazarlas. El abrazo con mis hijas significa todo para mí. Soy viuda, así que imaginate. Mis hijas son mi mundo. Imaginate si no me voy a querer vacunar”, dice.

Marisol en realidad se llama María Soledad Becerra Alba, como su madre y como su abuela. “¿Cómo les iba a plantear algo por el nombre si eran gallegas y para ellas la herencia del nombre era innegociable?. Encima siempre me preguntan si Alba es un nombre y tengo que explicar que es un apellido”. Y enseguida agrega con una sonrisa: “Menos mal que fui hija de mi mamá y no de una tía que se llamaba Consuelo”.

También convoca a la esperanza al decir que “la vacuna existe y hay que usarla” y a la tranquilidad al describir: “No sentí nada. ¡Nada de nada! Ni fiebre ni nada. Es más, la vacuna anterior, la de la gripe, era más aceitosa, espesa. Esa sí, dolía. Pero esta, no”.

“Lo primero que recuerdo de la pandemia es un día en que me iba a hacer un trámite y el médico me paró y me dijo ‘usted no puede salir’. ¡Mamita! Pero fue para protegernos. Nos cuidaron mucho los médicos. Mucho, mucho. Fuimos una familia durante este año tan raro. Al menos no nos sentimos tan solos”, expresa. Y realza su buen humor al explicar: “La única soledad que sentí fue la de mi nombre: Soledad”.

“Soy una vieja actualizada”, se define tras contar que tiene Facebook. También le gusta el fútbol. Es hincha de River, como uno de sus hermanos.

Sobre el final de la charla vuelve a soltar agradecimientos. “Al PAMI, a los médicos del Elías Romero y a todos, a todos, todos, todos”, resume. Siempre con una sonrisa esperanzadora.