NORA CARPENA: VOLVÍ A COCINAR, COMO CUANDO MIS HIJAS ERAN CHICAS

La actriz se mantiene activa en su casa con gimnasia, lecturas y Netflix. Sin embargo, extraña mucho su vida anterior a la cuarentena, especialmente a los nietos en los almuerzos de los domingos.

“Como todo el mundo, tengo momentos buenos y otros que no lo son tanto”, dice Nora Cárpena a Comunidad PAMI al reflexionar cómo atraviesa el encierro necesario y obligado por la cuarentena de Covid 19.

Carpena es una de las actrices argentinas que más camino recorrió. En los años 60, cuando se produjo una explosión de telenovelas guionadas por Alberto Migré, ella andaba por los veinte y se perfilaba como una protagonista de la televisión. Viene de familia: padres y hermana actores (Homero Cárpena, Haydée Larroca y Claudia Cárpena, respectivamente). La pantalla de Canal 13 fue su espaldarazo. Lo demás fue imparable y versátil. Incluso hasta estos tiempos, ya que jamás le faltó una propuesta laboral.

Grandes como Juan Carlos Dual, Silvia Montanari, Jorge Barreiro y Guillermo Bredeston -su marido, que falleció hace dos años- marcan por sí mismo el lugar que ocupaba. También hay obras: “Tu triste mentira de amor”, “Ese que siempre está solo”, “Vos y yo… toda la vida”. Después, “Rolando Rivas, taxista”, que fue un exitoso quiebre para su carrera. Artistas de nuevas generaciones también compartieron cámaras y escenarios con ella. Gustavo Bermúdez, Gabriel Corrado, Ricardo Darín, Andrea Del Boca, Pablo Echarri, Paola Krum, Viviana Saccone. 

La obra teatral “Brujas” es, tal vez, una de sus más grandes referencias artísticas: Thelma Biral, Moria Casán, Graciela Dufau y Susana Campos. Nombres que hablan por sí solos. La obra se iba a llamar “Entre mujeres” pero le cambiaron el título, que tanto éxito le dio. Incluso, fue Cárpena quien propuso la presencia de Casán, que venía del mundo del teatro de revista. Desde entonces se volvieron inseparables.

Los últimos años fueron duros. Guillermo Bredeston, con quien conformaron una de las más emblemáticas parejas del ambiente artístico, había sufrido en 2012 un ACV cuyas consecuencias se prolongaron hasta su muerte, el 21 de julio de 2018. Ella no dejó de cuidarlo y hasta se animó a contar su dolor ante la televisión, sin apelar a ningún golpe bajo. Contra ese cambio de vida lidia hoy, cuando los recuerdos se acentúan con la cuarentena.

“Hago gimnasia. Leo mucho. Aprovecho para leer todo lo que no puedo leer en tiempos normales. También aprovecho para ver películas en Netflix. Y hablo con amigas, por supuesto”, enumera. Esas son las actividades personales y sociales que la ayudan a mantener “un estado de ánimo parejo”, como cuenta. “No estuve ni mejor, ni peor. Voy más o menos igual. Pero lo peor de la cuarentena es no poder estar con mis seres queridos. A ellos los extraño. Extraño el contacto físico”. Sus siete nietos se destacan entre lo que más extraña. “Juntarnos los domingos a comer”, dice.

Como para la mayoría de la gente, el teléfono se le volvió una herramienta imprescindible de comunicación. Las videollamadas son las aplicaciones que más utiliza para reemplazar, aunque sea en parte, el contacto con los afectos. “Y volví a cocinar, como cuando mis hijas eran chicas”, suelta con un aire de frescura.

Su compañía física, sin embargo, está en sus perros y Laura, la mujer que trabaja con ella. 

Y aunque lucha por hacer de este momento el mejor escenario posible, no duda en calificar como “horrible” lo que nos pasa. “De eso lo peor es “la imposibilidad de compartir la vida con la gente que quiero y me importa”.