“ESTÉS EN LA CRISIS QUE ESTÉS, SIEMPRE HAY QUE AGRADECER” 

La actriz y bailarina Reina Reech encontró su refugio y su modo de vida en la espiritualidad. Desde los 8 años, cuando empezó a hacer yoga, hasta hoy recorrió un camino de experiencias que la llevó a escribir un libro, próximo a publicarse. “Deberíamos meditar igual que como nos lavamos los dientes”, dice y convoca a las personas mayores a seguirla en sus redes sociales.

– ¿Quién es Reina Reech? 

– Un ser espiritual viviendo una experiencia humana.

Bailarina, actriz, animadora infantil, Reina Reech es una de las mujeres más populares de la escena argentina. Con su “Reina en colores” marcó a varias generaciones de niñas y niños. Fue jurado en el “Bailando” de Marcelo Tinelli. Tiene academias de baile. Es madre. Es abuela. Nació en Austria hace 63 años pero es ciudadana argentina. 

Sin embargo, se resume mejor al despojarse de las etiquetas.

Reina Reech se mete dentro de sí misma para contar que ser persona es más que lo público. Que lo que nos construye humanos es aquello que llevamos dentro y no se ve y que para verlo hay que tomarse tiempo, tenerse paciencia y aprender a observarse. En eso, cuenta a Comunidad PAMI, está desde los 8 años, cuando hacía yoga para calmar el dolor que le causaba su columna vertebral. “Era la única niña entre tantos adultos. Desde pequeña mi vida estuvo signada por el mundo interno, por el conectar con lo invisible a los ojos”, dice.

Después de tanto camino enfocado en lo espiritual, ¿cómo estás?

Me siento completa siempre. Trabajo con mi energía, no solo con lo cotidiano, que vendría a ser esa vida automática que nos lleva a donde quiere.

¿De qué manera  incidieron estos tiempos de pandemia?

Tengo tres escuelas. El año pasado fue muy difícil: dimos clases virtuales. Este año a la gente le cuesta retomar la virtualidad. Sin embargo, trabajé para que la gente pueda comprar cursos on line y también para dictar clases de forma dual: presencial y on line. Nos adaptamos con la incorporación de televisores y dispositivos. Mis escuelas cumplen 25 años. Le damos trabajo a mucha gente. Esto es muy importante para mí. Así que no quedó otra que adaptarme. Y una forma de adaptación fue haberme tomado los últimos seis meses del año pasado para trabajar cuatro horas todas las tardes escribiendo mi libro. 

Contanos de tu libro…

Creé un método de danza y espiritualidad que se llama RED (Reconexión Espiritual Danza) y que quiero poner en marcha este año. El libro lo publicará la editorial Kier, muy prestigiosa en cuanto a materiales de índole espiritual. Esas son las alegrías. Pero la situación que vivimos por la pandemia retrasa las cosas. El libro tenía que estar on line y en papel este mes. Pero se retrasó.

Pese a esos problemas, mirás siempre en positivo.

Siempre me pongo viendo la luz en el camino y no la sombra. La cuarentena me enseñó que debía enfocarme en lo inmaterial. En el mundo energético que nos separa de lo material para encontrar un espacio de creatividad como para tener disciplina. Cuando salimos del automatismo, por ejemplo a través de la respiración consciente, se empieza a tener una percepción mayor de los cinco sentidos y se le da una posibilidad al sexto sentido, que es la intuición, la creatividad, lo que permite desarrollarse y vivir más conectados al alma y no solo a la realidad física. 

¿Algunas de estas experiencias encontrarán tus lectores en el libro?

En el libro vuelco mis recorridos espirituales. Abarca desde metafísica, cuando cantaba en “Reina en colores” y hablaba de pintar con violeta y rosa. Hago el paralelismo sobre cómo comunicaba mi mundo espiritual en mis creaciones artísticas. Hay tres capítulos frondosos de Kabbalah, que es algo que transito hace mucho. Hay sabiduría andina, porque me gusta conectar con la naturaleza. Es un libro muy rico con ejercicios de meditación, rituales. Es un libro que me hizo rever mis conocimientos. Con todo eso fui creando un método propio en mi vida.

¿En qué consiste?

En las horas que el año pasado dediqué a la meditación para estar en eje, para no dejarme llevar por el bullicio externo y por el dolor que nos provoca lo que estamos viviendo, me metí para adentro y apareció un método que une la espiritualidad con la danza. Apareció en mi mundo creativo la posibilidad de desarrollar algo para todos. No solo para los jóvenes, sino para los mayores. 

¿Cómo es? 

Voy a desarrollar para las personas mayores el trabajo en silla, que es sumamente terapéutico para mover todo el cuerpo si se tienen dificultades para estar parado. Trabajar articulaciones, musculación. Trabajaré para las personas que pasaron los 60. Algunos adultos mayores están muy solos. Por cuidarlos mucho, los hijos que salen a trabajar no les dejan a sus nietos porque temen el contacto como posibilidad de contagio. Pero, repito, por cuidarlos. Todo lo que hablamos, la respiración, la alimentación, todo, tiene que llegar a ellos. Así que trabajo en eso para estar más cerca. Tengo muchos adultos mayores que me siguen. Que meditan y así no se sienten solos, porque somos una tribu de meditación que nos encontramos para hacer algo hermoso. 

Comparto en mis redes sociales algunas meditaciones porque la gente necesita liberar el estrés y quiero que la gente viva mejor. El doctor Daniel López Rosetti habla de las bondades de la respiración y de la meditación. Deberíamos meditar igual que como nos lavamos los dientes y nos damos una ducha. Mínimamente necesitamos meditar cada mañana y cada noche. Quiero compartir eso con la gente.

¿Cómo hacemos para sentirnos mejor?

Reconociendo que tenemos una mente negativa, que es la que nos provoca miedo. Que todos sentimos que el miedo enseguida nos pega. Identificar esa mente negativa y también la mente positiva, que nos hace salir hacia todo sin temer, es fundamental. 

También está lo que cargamos en nuestra vida de mandatos familiares, educativos, cosas que no sabemos cómo nos pueden influir. Hay tanto mandato metido en nuestra mochila que hay que trabajar para fortalecernos en el presente. Debemos des-identificarnos de esas ideas. Trabajar en la mente neutral, que nos permite ver la luz y encontrar la paz, la fe, la creatividad. En vez de padecer que tengo tres escuelas cerradas escribo un libro. La queja no nos lleva a nada. Tampoco los malos pensamientos ni la ira. Lo que damos, es lo que recibiremos. 

¿El secreto está en compartir?

La generosidad, el dar, es uno de los secretos de la espiritualidad. Otro muy poderoso es la gratitud. La gratitud es muy importante. Estés en la crisis que estés, siempre hay para agradecer. Desde la comida que tenés cada día y la cama en la que dormís cada noche, hasta la familia. Porque lo que se agradece atrae más de aquello que agradecemos.

REDES SOCIALES QUE SE PUEDEN SEGUIR:

@reynareechok

@amrit.rial

@modoespiritual