“Es tiempo de disfrutar”
Silvana Mezza encontró en un curso de fotografía de UPAMI la posibilidad de aprender y poner en práctica una pasión que tiene desde siempre pero a la que antes, durante su vida como docente, no le pudo dedicar el tiempo necesario. Ahora, su cámara es su relax.
“Es como un relax para mí. Cuando me pongo con las fotos me concentro tanto que me olvido de todo. Pueden pasar horas que yo me quedo ahí, en mi mundo, contemplando. A esta altura sirve mucho”. Silvana Mezza tiene 64 años, vive en Chivilcoy y desde que se jubiló como docente encontró el tiempo para hacer lo que le gusta: sacar fotos. Realiza un curso virtual de UPAMI que le permite mejorar las técnicas. Con los conceptos que le agrega el profesor Rubén sale a las calles de su ciudad, a veces a la ruta, y captura imágenes.
El curso es a través de la Universidad del Comahue, de Bariloche. La virtualidad fue en su momento un desafío hoy superado. Silvana, dice, se lleva bien con lo virtual, tal como les ocurre a otras personas mayores que se animaron a las nuevas tecnologías. “No hay quedarse. Hay que aprender siempre”, le dice a Comunidad PAMI. Y si tiene una duda le pregunta a alguna de sus tres hijas.
Se trata de algo más que sumar conocimientos. Porque una vez que se termina el Zoom junto a los otros participantes del curso, lo que sigue es el desafío de salir a fotografiar. En otras palabras, el desafío de poner en marcha la pasión.
Oscar, su marido, le hace a veces de chofer y la lleva a lugares alejados del centro de Chivilcoy para que saque fotos. Entonces carga con su cámara reflex digital Nikon 3100. Pavada de cámara. Lo mismo hace cuando su objetivo son sus nietas. “Las vuelvo locas con las fotos”, sonríe. “El teléfono celular mucho no lo uso. Solo si es una instantánea”.
Claro que no se trata solo de sacar fotos. Porque previamente tiene que elegir el objeto de la imagen y la forma en que la capturará; y el último paso consiste en revelar o editar frente a la computadora. Esas son las horas que invierte en su pasión. Capturar un objeto o un paisaje es capturar también un momento; darle imagen a lo que será un recuerdo.
“Antes no tenía tiempo para dedicarme a la fotografía. Entonces ahora me dedico de lleno. Siempre me gustó, pero cuando a lo que a una le gusta se le suman conocimientos, termina gustando mucho más”, comenta Silvana. Y agrega: “Es apasionante desarrollar la imaginación, la creatividad. Además, mentalmente ayuda mucho hacer este tipo de actividades”.
Silvana optó por UPAMI luego de que una de sus hijas le describiera las ventajas que brindan los cursos. Eligió el de fotografía por gusto y ahora agradece la sencillez de la página web para inscribirse. “Hacés clic en el enlace, te anotás y te confirman la inscripción a través de un mensaje. El trámite es super rápido. Hay una comunicación muy fluida”.
Silvana mostró sus imágenes en museos y talleres de arte de Chivilcoy. Participó de encuentros culturales en los que su trabajo se mezclaba con los de artistas plásticos o escritores de la zona. Prefiere las fotos a color antes que las blanco y negro. Y las fotos familiares porque “siempre significan algo”. Además de almacenarlas en un archivo digital, las imprime. Aunque no todas: “es costosa la impresión”.
Dice que no tiene “una foto soñada” y que se deja llevar más por el momento que por una idea previa. No ve esta actividad como una futura fuente de ingresos porque no se considera profesional sino aficionada. “Además, ya trabajé toda mi vida como para ponerme a trabajar de nuevo. Ahora quiero disfrutar. Y disfrutar, entre otras muchas cosas, también es sacar fotos”, dice.