Jessica Schultz: cómo empezar de nuevo

En 2015, y con una sólida trayectoria como actriz, se encontró sin empleo. Generó sus proyectos, salió a flote y hoy trabaja en obras ajenas y propias.

La gente va al teatro con ganas de divertirse, de salir de esta realidad tan apremiante. No sólo por la cuarentena sino por lo que pasa en el país en líneas generales, en lo económico, en lo social. La gente tiene ganas de reírse”, le dice a Comunidad PAMI la actriz Jessica Schultz (21 de septiembre 1962). Hoy comparte cartel con Rodolfo Ranni en la comedia Divino divorcio. “Si además al público le hablás del divorcio y del casamiento, entonces hay como una empatía”, redobla.

Con larga trayectoria artística que incluye canto y danza, Schultz sintió que su carrera actoral se terminaba cuando en 2015 se encontró sin trabajo. Hasta entonces había trabajado en cine, teatro y televisión. Era reconocida en el ambiente pero le faltaba empleo. Preocupada, pensó proyectos propios. Entre ellos, escribir Berlín en Buenos Aires, que refiere a sus familiares asesinados por el nazismo. Hoy alterna las iniciativas personales con propuestas que le llegan. Como Divino divorcio, que le fue ofrecida en enero por el productor Damián Sequeira y ella aceptó de inmediato.

¿Cuesta alternar proyectos propios con ajenos?

Es enloquecedor, hay que tener paciencia, organizarse y tirar para adelante. En enero, por ejemplo, me llamó (el productor) Damián Sequeira y me propuso trabajar en Divino divorcio. Fue de un día para el otro. “Ya, ya, ya. La semana que viene”, me dijo. Así que fueron tres ensayos y a estrenar. Con los cambios que eso obliga en el día a día.

Pensaba en estos tiempos de guerra: vos escribiste Berlín en Buenos Aires, ligada a la temática. Esa obra marcó otro camino en tu carrera.

Sí. Es la primera obra de teatro que escribí. En 2015 no tenía ningún proyecto, pensé que se había terminado mi carrera para siempre y me deprimí mucho porque no me convocaban para trabajar. Entonces decidí generar mis propios proyectos y abrí una puerta que descubrí gracias a esa situación y que es la posibilidad de escribir. Me encanta. Empecé a investigar sobre el nazismo en nuestro país porque en ese momento veía documentales sobre ese tema. Además tengo una historia ligada a eso porque parte de la familia de mis abuelos es polaca y la mitad murió en campos de concentración. Empecé a asociar y me movió la idea de escribir sobre la identidad, que es algo que me acompaña de toda la vida por ser descendiente de polacos, italianos y españoles, con religiones diferentes.

Señalabas que la gente necesita reírse. ¿Eso habla también de predisposición a la risa?

Si. Si no, no irían a ver otra cosa. En el interior, en las ciudades chiquitas, no hay tanta oferta como en las grandes ciudades. La gente del interior quiere ver a los grandes actores consagrados, como Ranni, que también trabaja en El marginal. Entonces va predispuesta a reírse. Hasta ahora fui a La Paz, Concepción del Uruguay, Federación, Chajarí, San José. Lo que encontré fue ganas de ver teatro y ganas de agradecer que vayamos. Nos llevan regalitos al hotel, dulces. De Chajarí, por ejemplo, me sorprendió lo impecable que está la ciudad. Porque voy desde Buenos Aires. En mi cuadra hay tachos rotos y llenos de basura, las calles son una mugre. Por dónde camines, la Ciudad de Buenos Aires es una mugre. Y en el interior se cuida más.

¿Cómo viviste la pandemia?

No puedo decir que la pasé mal, porque generé proyectos, escribí. Hice la adaptación de Berlín en Buenos Aires, que la hicimos con éxito tres temporadas en teatro y la escribí para cine y serie. Hubo cosas que se generaron en pandemia. Me puse a escribir como loca porque no sabía qué hacer con el tiempo libre. Al no poder salir generé proyectos.

¿Cómo es tu día a día?

Me ocupo de muchas cosas; y hay otras que se comparten con la pareja (el músico Diego Mizrahi). Vivo con mi mamá, que tiene 90 años. Los hijos de Diego a veces vienen. Suelo encargarme de las compras, soy la que organiza la casa. Y a la vez trabajo. Ahora también estoy con Te llamarás Raquel (versión adaptada de la novela La polaca, de Mirtha Schalom). No me alcanza el tiempo. No paro de pensar en nuevos proyectos. De pronto te surge un trabajo que te sorprende, entonces hay que acomodar todo. Es una gran satisfacción lograr cosas.

¿Qué es el trabajo para vos?

Algo que hice y hago desde siempre. Trabajo desde joven. Empecé teatro a los 17 o 18 años y no paré. La carrera es inestable, salvo para unos muy pocos privilegiados. Es un camino de obstáculos a los que se trata de superar.

¿El mayor obstáculo lo padeciste en el 2015?

Ese año fue un hito en mi vida, porque pensé que se había terminado todo. No había proyectos, no tenía representante. Era como la nada. ¿Se terminó todo?, me preguntaba. Y me puse a ver documentales, algo que me encanta, y recuerdo que uno sobre la Segunda Guerra Mundial me llevó a pensar en escribir Berlín en Buenos Aires.

¿Autobiográfico?

No, pero tiene que ver con parte de mi familia, con mi abuelo polaco. El de la inmigración es un tema que me pega mucho. Vengo de polacos, de italianos. Me conmueve el tema de la identidad. En ese sentido siempre me pregunté cómo habrá sido la vida de mis antecesores en Europa.

Tenés cierta actividad en redes sociales. ¿Para qué las usas?

Me sirven como forma de promocionar mi trabajo. Son como un agente de prensa para mí. No las uso para temas personales porque no me gusta exponer lo privado. En eso soy reservada. Puedo publicar una foto de mi perra, pero no más: hasta ahí llego. Quiero mantener mi espacio.

¿Cómo imaginás el futuro?

En lo personal, concretando proyectos que tengan que ver con mis deseos. A nivel país, la Argentina atraviesa un momento muy difícil y por proyecciones sabemos que durará un tiempo. A nivel mundial la pandemia generó un delirio, una locura: vacunas, antivacunas. Una división. A eso se le suma el conflicto entre Rusia y Ucrania. Una locura. No puedo creer que después de todo lo que significó la Segunda Guerra Mundial, con lo tremendo que es una postguerra, porque dura mucho más que una guerra, vuelva a pasar esto.

Hablando de vacunas. ¿Te vacunaste?

Si. Con las tres dosis. Me parece una locura total tenerle miedo a la vacuna y no al virus.

¿Dónde y cuándo ver Divino Divorcio?

– 24 de marzo en Francisco Alvarez (Provincia de Buenos Aires)
– 25 de marzo en Tigre (Provincia de Buenos Aires)
– 26 de marzo en Tortuguitas (Provincia de Buenos Aires)
– 27 de marzo en González Catán (Provincia de Buenos Aires)