Con 101 años y un humor a prueba de pandemia, Alicia se acaba de vacunar 

Vive en una residencia en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Con la sonrisa a flor de piel y la carcajada suelta, fue una de las primeras inmunizadas contra “el bicho”, como lo llama. Lee sin anteojos, no toma remedios y después de esta charla con Comunidad PAMI se le antojó un Gancia con limón, un trago que tomaba en su juventud. Entrevista con una mujer centenaria que celebra la vida. 

El 2 de diciembre Alicia Esther Cesio cumplió 101 años y los celebró en la residencia Divina Providencia, en la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires, que pertenece a la red de prestadores de PAMI. Tiene una memoria prodigiosa y buen humor a prueba de pandemia. Dice que nunca fue cascarrabias. Y lo afirma con una sonrisa que se repetirá a lo largo de la charla con Comunidad PAMI. Se siente bien rodeada por el grupo humano del lugar. Entre ellos, María Rosa Medina, de la Administración, quien ayuda para que la entrevista pueda hacerse a través del teléfono celular. Ella será fundamental para transmitir algunas preguntas. Porque el único inconveniente físico que se reconoce Alicia es el de la audición. Lo demás, afirma, “anda fenómeno”. “Hasta leo sin anteojos”.

Alicia recibió la primera dosis de la Spunitk V el 3 de febrero, cuando el equipo epidemiológico de PAMI llegó a la Divina Providencia donde vive junto a 36 residentes, que manifestaron su voluntad de ser inmunizados. Los operativos de vacunación se están realizando en forma articulada entre el Instituto y el gobierno bonaerense en las residencias de larga estadía de la provincia de Buenos Aires.

¿Cómo anda?

Bien. Bueno, hasta ahora. Después no sé. Tengo salud. Algunas cositas de la edad, pero no me quejo. Soy una mujer común.

Será común, pero tiene ¡101 años!

Yo no tengo la culpa… Ja ja ja.

No deja de sonreír, Alicia. ¿El buen humor es fundamental?

Claaaaaro. ¿Por qué no voy a reírme? No hay que ser cascarrabias. Por lo menos yo nunca fui una cascarrabias. ¿Para qué? Son aburridos los que se quejan de todo.

Me cuentan que se vacunó contra el Covid.

Sí, sí. Contra el bicho. Yo le digo el bicho. 

¿Cómo era usted de joven?

Normal, ¡Qué se yo! ¡Pasaron como 100 años!

¿Nunca se casó?

No. No me casé porque no quise. No me interesaba. Tuve novios, pero no me interesaba casarme. Pero tuve propuestas, eh. Nunca me faltaron los hombres. Seré fría, no sé…. No me casé pero estoy en la búsqueda. Ja ja ja. ¡Qué buen mozo que es usted, eh!

¿Tuvo, como se decía en los cuentos de hadas, algún príncipe azul?

Azul, no. Tuve príncipes, apenas. Una vez tuve uno que era buenísimo. Romántico. Pero no me entusiasmé. 

¿Qué le gustaba hacer de joven, Alicia?

Siempre fui de hacer cosas en la casa. Yo soy de otra época. Vivía para mis padres. Mi mamá era una santa. Mi papá vivió hasta los 100 años. Supongo que heredé mucho de ellos. Mi mamá siempre estaba de buen humor. 

¿Qué cosas le gusta hacer ahora?

Y… me gustaría salir a tomar un café por el centro. En épocas normales iba seguido. Sobre todo los domingos. Extraño ver a mi familia. Todo por culpa del bicho. ¿De dónde sos?

De Buenos Aires.

Hablá más fuerte. Estás hablando con una sorda. ¿De dónde sos?

Le decía que de Buenos Aires. Más allá de que no escucha del todo bien, ¿cómo se siente? 

En lo físico no tengo nada más. Nada en contra. Dolores en general no tengo. Ahora camino poco. Pero porque lo decidí yo misma.

¿Por qué?

Hace un año o dos me quebré la cadera. Empecé con la kinesiología, pero me cansé. Me aburrí. Así que prefiero no caminar. Demasiados años ya caminé. Como 100.

¿Toma remedios?

No. El remedio es no hacerse mala sangre. Querer a todos.  Y a los que no te gustan mucho, hay que aguantarlos. 

¿Se lleva bien con todas sus compañeras?

¿Cómo? No te escucho. Hagamos de cuenta que no te escuché. Preguntame otra cosa. Ahora, hablando en serio, no, no tuve peleas con nadie. ¡Soy una santa! Soy sorda, pero santa. 

¿Lee los diarios? ¿Mira televisión?

No me interesan las noticias. Antes leía el diario cuando iba al café del centro. Eso sí: si leo, leo sin anteojos. Tengo una vista privilegiada. Me operé de cataratas y no necesité más de los anteojos. Me gustaría, sí, ir a dar una vuelta a la plaza. 

¿Cigarrillos, alcohol?

No, nada de eso. Jamás fumé ni tomé vino. Sí, tomaba Gancia con limón, muy de vez en cuando. No lo extraño, pero ahora que lo hablamos me tomaría un vasito.

Me dijeron que le gustaba leer libros y escuchar música

Me la pasaba leyendo novelas. Muchos autores. Era muy lectora. Pero hace tantos años que no leo. Se te van las ganas de leer y después te olvidás. De la música, me gusta la clásica. Beethoven. Lo conocí porque de chica escuchaba mucha radio. ¿Viste que en esa época era todo por radio? Y Gardel, pero menos. Tengo 100 años de historia.

Entre tantos años, fue además testigo de la aparición del Covid.

El bicho. De terror. Porque el bicho es un peligro. No te deja ver a la familia, a los sobrinos. No los puedo ver. A veces los veo por videollamadas. Alguna que otra visita cuidada. A través de un vidrio. 

¿Qué cosas le gusta hacer en la residencia?

¿Acá? Nada. Ya estoy jubilada. Escuchar radio. Eso me gusta. Me gusta dormirme con la radio. 

Nacida en 1919, ¿cuál fue la noticia que más le impactó?

Ni idea. El mundo se puso de pie cuando yo nací. 

¿Le gustó lo que hizo?

Tuve una vida tan tranquila… No puedo mentir que me fui a París… pero tuve una vida linda.

¿Le gustaría irse a París?

-Si, me gustaría. Italia. Italia me tira más porque tengo familia allá. Italia fue mi materia pendiente. Pero ya está. 

¿Qué otras cosas le quedaron pendientes?

Estoy grande. Por suerte alrededor tengo una familia hermosa. A veces digo que me quedó pendiente tener un amor. Soy una soltera en la búsqueda. ¿Qué edad tenés vos?

-49.

-Muy joven. Sos muy simpático. Lástima que seas tan joven.