“APRENDÍ A HACER LAS COSAS SIN PRISA, SIN URGENCIA»

Actor de pura cepa, Víctor Laplace no se amilanó frente al encierro. Se mantuvo activo con sus lecturas, las actividades físicas y también las hogareñas. Tiene esperanza en la vacuna que está llegando aunque advierte que “tendremos que animarnos a estar solos un tiempo más y serenar la mente para darnos cuenta de que hay que aguantar».

 

Pocos actores argentinos pueden jactarse de una trayectoria de la calidad que tiene la de Víctor Laplace, un hombre que brilló a través de sus personajes. La cuarentena fue, para él, un tiempo de aprendizajes anti-sedentarismo: yoga, ciclismo y meditación fueron sus herramientas para mantenerse activo. También la lectura. Su horizonte inmediato es la obra Rotos de amor, con Antonio Grimau, Osvaldo Laport y Roly Serrano, en el Multiteatro. Más allá de algunos “permitidos” sociales advierte ante la situación mundial por el Covid 19: “Tendremos que animarnos a estar solos un tiempo más y serenar la mente para darnos cuenta de que hay que aguantar”.

¿Cómo viviste la primera etapa de la cuarentena por Covid?

La cuarentena la pasé como tanta gente: encerrado. Muy encerrado. Tuve que hacer la tarea que no hice en años, que es la tarea del cuidado de la casa y del cuidado para que no se caiga todo a pedazos. Entendía el rol maravilloso, extraordinario, que cumple la mujer en la casa y que a veces los varones no hacemos y tenemos que aprender a hacer. No es que no sepa hacer las cosas de la casa. Hace muchos años que vivo solo y tenía una señora que las hacía, a la que no tuve en este tiempo. Ahora está todo un poquito más tranquilo, aunque hay rebrotes. El estar en casa hizo que hiciera mucha actividad física para no dejarme caer porque tengo que estar en el escenario. Hago meditación apenas me levanto. También una hora de yoga. Bicicleta. Luego desayuno. Y después la tarea intelectual, que la hago siempre. 

¿Algún aprendizaje?

… Que todo lo hice sin prisa. Eso fue interesante. Por primera vez en mi vida pude permitirme la no urgencia. Eso de “vamos, vamos, que hay que salir” lo pude dejar. Logré estabilizarme, tranquilizarme y dedicarme a hacer otras cosas. Otra cosa nueva que hice en la cuarentena tiene que ver con los versos que mandé por la TV Pública durante el año. Fue interesante. La poesía ayuda a pensar. Pero lo más positivo tiene que ver con lo que te decía antes: hacer todo pero sin prisa. Aprendí a hacer las cosas sin prisa, sin urgencia.

¿Registraste algún momento de impacto?

Los momentos que más me impactaron tienen que ver con la ida de tanta gente talentosa. Algunos cercanos, como Huguito Arana.

¿Cómo es tu reinserción en la vida social?

Mis proyectos personales están esperando turno de salida para este año que recién empieza. Veremos. No es fácil. El cine atraviesa un momento crítico. Habrá que salir a buscar productores, amigos. Y de nuevo, así como con el teatro, también con el cine: poner el lomo.

Hablamos de trabajo pero poco de pasatiempos. ¿Con qué cosas disfrutaste durante el encierro?

Mis pasatiempos son ver películas, leer libros. Tengo muchos libros en mi biblioteca. De teatro, literatura, poesía. De todo. Tengo para distraerme. Recuperé lecturas de libros, tanto de política como de filosofía. 

¿Ya hubo reencuentro familiar?

A mi familia no la pude ver. A casi nadie. Tengo una nieta y soy muy cuidadoso de no invadir zonas porque no corresponde y creo que no va a seguir correspondiendo.

Imaginando el futuro inmediato

El panorama de la actuación no es de lo más halagüeño. Salimos los que aún tenemos alma de juglar y nos subimos a la palestra en las peores condiciones. La gente está asustada, no sale. Hay mucha información de ida y vuelta que hace que la gente no pueda relajarse. Pero por otro lado algunos se relajaron y también generaron caos. No voy a estigmatizar a los jóvenes, pero se trata de eso. Estuvieron muy encerrados, pero ¡qué se yo! Lo que no se justifica son las fiestas clandestinas. Habrá que animarse a estar solos, a enfrentarse con el ego y con la mente serena tratar de darse cuenta de que hay que aguantar. Si no los rebrotes… si seguimos con esta cantidad de contagios será complicado. A su vez tengo la esperanza de que para mitad de este año tengamos las vacunas y quedemos un poco más estabilizados.

Imaginando el futuro inmediato

 El panorama de la actuación no es de lo más halagüeño. Salimos los que aún tenemos alma de juglar y nos subimos a la palestra en las peores condiciones. La gente está asustada, no sale. Hay mucha información de ida y vuelta que hace que la gente no pueda relajarse. Pero por otro lado algunos se relajaron y también generaron caos. No voy a estigmatizar a los jóvenes, pero se trata de eso. Estuvieron muy encerrados, pero ¡qué se yo! Lo que no se justifica son las fiestas clandestinas. Habrá que animarse a estar solos, a enfrentarse con el ego y con la mente serena tratar de darse cuenta de que hay que aguantar. Si no los rebrotes… si seguimos con esta cantidad de contagios será complicado. A su vez tengo la esperanza de que para mitad de este año tengamos las vacunas y quedemos un poco más estabilizados.