HUGO ARANA: COCINA Y LIMPIEZA DE HOGAR EN EQUIPO CON SU HIJO

El actor cuenta a Comunidad PAMI cómo pasa estos días de la cuarentena en su casa, acompañado de Juan Gonzalo.

Lectura, cocina y limpieza son las actividades fundamentales del actor Hugo Arana durante la cuarentena obligatoria por Covid-19. “Trabajo en equipo”, señala cuando dice que eso lo comparte con su hijo, Juan Gonzalo, de 36 años y actor como él. Casi como en broma, Arana agrega: “Solo dos veces salí a la calle desde el 14 de marzo. Fue para sacar la basura. Y a veces salgo al patio de adelante para ver la calle, a eso de las nueve de la noche. ¡La calle! ¡Los árboles!”.

También dirá que extraña “la vida normal”, ver a sus muchos amigos porque, siente, “los afectos son fundamentales”. No es un hombre, más allá de algunos problemas de salud que lo aquejan y que espera superar, acostumbrado al encierro. “Me gusta verme con la gente que quiero”, comenta.

Arana no se llevaba del todo bien con las redes sociales, aunque estos días los aprovechó para aprender a utilizarlas un poco más: WhatsApp se le convirtió en una ventana al mundo. Cruza mensajes, audios y videos con amigos. Y se ríe de su aprendizaje: “Hice cumbre el día que aprendí a dejar un mensaje. Casi que me hizo feliz”.

Y en referencia a la felicidad, justamente, dice que cuando se anime a más podrá ver en Netflix la serie Casi feliz, de reciente estreno y donde tiene el papel de padre del protagonista, el actor Sebastián Wainraich. Arana se muestra como un padre que se desvive por los nietos y se sorprende por algunos aspectos tal vez inmaduros de su hijo en la ficción. Un papel que interpreta muy bien. “Estuvo buena la serie, pero no me acuerdo demasiados detalles de la filmación y de la historia. Mi memoria es un desastre”, se defiende.

El ejercicio de la relectura es otra de sus facetas en la cuarentena. Volvió a leer a Eduardo Galeano. “Sus Memorias del fuego son geniales”, aclara para ponerse a hablar de la historia de este lado del mundo. Y dice que siempre, para saber qué pasó, hay buenos documentales en YouTube, otro de sus nuevos aliados durante el encierro. “Pero pocos nos enseñan tanto como Galeano”, redobla antes de mencionar Las venas abiertas de América Latina:  “Un libro imprescindible, si los hay, para conocernos un poco más. Fue escrito hace muchos años y sin embargo es actual”. 

Para cuando pase el temblor, Arana desea recuperar la actividad laboral. La puesta en escena de la obra Rotos de amor, en el teatro Regina, asoma en el horizonte. “Aunque la realidad es que no sabemos qué pasará”, duda. Y opina que la suya, la actuación, “es una profesión complicada. Siempre lo fue. Y ahora, con todo esto, peor todavía. El cine, el teatro y la televisión tienen un panorama complicado”.

Desde el encierro obligatorio y necesario, Arana seguirá abarcando los distintos frentes. Con la mirada en el futuro pero consciente de que “al menos tenemos cosas que hacer para seguir adelante. Hay que cuidarse. No queda otra”, dice antes de volver a leer algunos de los muchos libros que lo esperan en su querida biblioteca.

Algo que también espera para cuando pase la cuarentena son los encuentros personales. “Extraño a mis amigos. Los saludos, los abrazos, tomar un café con ellos y hablar. Pero no me quejo: sé que estoy mejor que muchos y no tan bien como otros. Pero no tengo quejas. Tengo una casa. Tengo comida. Mi comida es económica y saludable. ¿Entonces qué puedo hacer más que esperar a que esto pase?”.

TRES PREGUNTAS

¿Qué es lo primero que harás al salir de cuarentena?

Respirar hondo y relajar. Hay mucha gente para ver. Gente con la que hablo por teléfono y nos preguntamos cuándo cenaremos, cuándo nos juntaremos a tomar un café.

¿Qué aprendiste de la cuarentena?
Que nos da una posibilidad. El panorama así, generalizado, es negro. La cuarentena y las razones por las que estamos en cuarentena son oscuras. Lo que aprendí, o quiero aprender, es que toda crisis siempre tiene un costado de aprendizaje. Quiero ver dónde está ese espacio de aprendizaje. 

¿Qué opinás de la respuesta de la sociedad durante la cuarentena?
Tuvimos la suerte de que a la Argentina el virus llegue después de China, después de Europa. Arrancamos con un aprendizaje y creo que hubo una respuesta muy buena de la sociedad. Los números muestran que países avanzados como Italia, Francia y Estados Unidos tienen una situación tremendamente mala. Ojalá aprendamos algo más. Que aprendamos a valorizar lo que importa y a poner el acento en extender la mano, en abrazarse.